jueves, 2 de abril de 2020

¿FRAUDE PATRIÓTICO?



¿Quiénes son veteranos de guerra?

Es el título de un artículo del Gral. Balza, que se publica en la fecha (Infobae, 2-4-20). Pese a los antecedentes negativos de dicho militar, consideramos conveniente reproducir los datos que menciona, que ya había aportado en su libro “Malvinas: gesta e incompetencia”; Atlántida, 2003. 
Como, al cabo de 17 años, nunca se han desmentido las cifras citadas, estaríamos frente a un fraude sumamente grave, que merece ser esclarecido y corregido.


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“En 1982, al término de la guerra, los efectivos acreditados como veteranos eran 14.189, distribuidos de esta manera: Ejército, 10.189; Armada, 3.119; Fuerza Aérea, 1.000; Gendarmería, 40; y Prefectura, 29. Curiosamente, a fines de 1999, según el Ministerio de Defensa, el número de veteranos había ascendido a 22.200 (Ejército, 10.306; Armada, 10.321; Fuerza Aérea, 1.478; Gendarmería, 53; y Prefectura, 62). Es decir que el Ejército incrementó un 3%, la Fuerza Aérea un 48% y la Armada un 231%. 

Es comprensible que entre 1982 y 1990 pueden haberse hecho ajustes en la medida que se reunieron nuevos antecedentes.
Sin embargo, lo exagerado y poco comprensible es que en 1982 la participación de oficiales y suboficiales era del 26%, y de soldados del 74%, porcentaje totalmente ajustado a la realidad. Pero en 1999 —siempre según el Ministerio de Defensa— el porcentaje de soldados disminuyó al 52% y el de cuadros (oficiales y suboficiales) se incrementó al 48%.

Como veterano de guerra no puedo aceptar que combatieron 11.532 soldados y 10.661 oficiales y suboficiales. Lo niega la historia militar y el más mínimo sentido común.

Esta flagrante anomalía e injustificado incremento de cuadros fue informada de inmediato, a fines de 1999, al entonces ministro de Defensa, Jorge Domínguez; al presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Senadores, Jorge Villaverde, y al de la Cámara de Diputados, Juan Manuel Casella. 

Entre otros considerandos expresaba: “Atendiendo a que los presuntos errores o irregularidades que pudieran estar produciéndose en el carácter de Veterano de Guerra, con las consecuencias de que este carácter legal lleva implícito beneficios laborales, económicos, previsionales y sociales, se estaría ocasionando un serio perjuicio económico al erario y moral al genuino ex combatiente (Veterano de Guerra), considero indispensable la formulación de parámetros comunes para las Fuerzas intervinientes, para adjudicar el carácter de veterano con justicia y equidad, y reducir la cantidad de personas que injustificadamente detentan esa situación (…) 
Ello, con una considerable reducción de los costos que actualmente afronta y deberá afrontar el Estado nacional, los gobiernos provinciales, municipales, obras sociales y empleadores (…) Asimismo, considero que se deben adoptar medidas que impone la legislación vigente tanto en el orden administrativo y civil”.

Ninguno de los nombrados acusó recibo. Un mes después entregué el mando del Ejército. En la actualidad el número de “veteranos” podría superar los 23.000.”